La prueba en ruta élite del Mundial de Glasgow fue interrumpida por una acción de protesta climática en plena carretera que obligó a parar al pelotón, por lo que tuvo que comenzar de nuevo tras la neutralización a falta de 195 km de meta. Los activistas pegaron sus manos con cemento al asfalto.
Un grupo de activistas climáticos se aferraron a la superficie de la carretera, pegando sus manos con cemento, impidiendo el paso del pelotón, que en ese momento marchaba con un grupo de nueve escapados. La carrera estuvo parada durante una hora.